Hace unas semanas Rochelle Harris, una ciudadana británica de 27 años, volvió a Inglaterra de sus vacaciones. Había estado en una zona tropical de Perú, y desde que estuvo allí tenía un curioso dolor de cabeza y oídos. Ella lo achacaba a una infección de oído producida por la picadura de un mosquito, y no le dió mayor importancia.
Al despertarse una mañana, se encontró con una mancha de un fluido raro en su almohada. Como llevaba ya varios días con la infección, decidió acercarse al hospital para que le recetasen algún medicamento. Pero cuando los médicos la examinaron, la historia cambió por completo.
Lo que tenía en el oído no era una infección. Se trataba de ocho larvas de insecto, que se habían alojado en su canal auditivo y se lo habían empezado a comer. En un principio, los doctores trataron de sacarlos llenando la cavidad con aceite de oliva. Los gusanos se ahogarían en el líquido, quedarían flotando y los podrían sacar sin problemas. Sin embargo, tan sólo salieron dos de ellos, y al resto hubo que extraerlos mediante una operación.
Al tener las larvas fuera del oído, pudieron determinar de qué especie se trataba. Eran ejemplares deCochliomyia hominivorax, el gusano barrenador del ganado. A pesar del nombre, son en realidadlarvas de mosca de un género tropical que parasita al ganado.
Tanto los médicos como Rochelle tuvieron muy claro desde el principio cómo habían llegado las larvas hasta su oído. Durante el viaje había pasado por una zona plagada de mosquitos, y uno de ellos se había metido en su oreja. Aunque ella pensaba que había conseguido sacarla sin problemas, al insecto le había dado tiempo a dejar su puesta en su oreja.
Al despertarse una mañana, se encontró con una mancha de un fluido raro en su almohada. Como llevaba ya varios días con la infección, decidió acercarse al hospital para que le recetasen algún medicamento. Pero cuando los médicos la examinaron, la historia cambió por completo.
Lo que tenía en el oído no era una infección. Se trataba de ocho larvas de insecto, que se habían alojado en su canal auditivo y se lo habían empezado a comer. En un principio, los doctores trataron de sacarlos llenando la cavidad con aceite de oliva. Los gusanos se ahogarían en el líquido, quedarían flotando y los podrían sacar sin problemas. Sin embargo, tan sólo salieron dos de ellos, y al resto hubo que extraerlos mediante una operación.
Al tener las larvas fuera del oído, pudieron determinar de qué especie se trataba. Eran ejemplares deCochliomyia hominivorax, el gusano barrenador del ganado. A pesar del nombre, son en realidadlarvas de mosca de un género tropical que parasita al ganado.
Tanto los médicos como Rochelle tuvieron muy claro desde el principio cómo habían llegado las larvas hasta su oído. Durante el viaje había pasado por una zona plagada de mosquitos, y uno de ellos se había metido en su oreja. Aunque ella pensaba que había conseguido sacarla sin problemas, al insecto le había dado tiempo a dejar su puesta en su oreja.